jueves, 4 de noviembre de 2010

La desilusión de un falso héroe, un descanso eterno.

José Ignacio atravesaba un momento crítico en su carrera, había pasado de ser uno de lo mejores reporteros gráficos del país a ser un simple fotógrafo más. Las fotos de deportes eran más interesantes con herramientas digitales y sus técnicas ya no impresionaban tanto como antes, ahora descrestan más los lcd, las memorias y todo tipo de herramientas modernas. El jefe de José Ignacio le tenía mucho apreció así que en vez de despedirlo, lo mando a unas vacaciones en las que José Santa Fe debía hacer un reportaje, José se iba para Buenos Aires a buscar una entrevista con Maradona, al jefe no le importaba la entrevista, sólo le importaba que José descansara y se sintiera más tranquilo. De esta manera, José emprendió su viaje hacía la capital de Argentina, en esta ciudad esperaba poder conseguir la entrevista, José iba de ánimo muy bajo porque presentía lo que su jefe estaba haciendo con él, sin embargo viajar a Argentina no era de todos los días.

José Ignacio llegó a Buenos Aires e inmediatamente por medio de un noticiero local, se enteró que un importante político y líder de opinión Argentino se había muerto. Como era de esperarse, al entierro iban a asistir importantes figuras nacionales, entre ellos se encontraba Maradona. José observó la noticia, se fue directo a la habitación de su hotel, se cambió, alistó su cámara y se fue al cementerio "descanso eterno". El cementerio estaba muy lleno, periodistas y gente del común por todos lados, José se las ingenió para saltar el anillo de seguridad que había dentro del cementerio justo ese día en que se estaba enterrando a un líder político y de opinión.

José llegó hasta donde se encontraba todos los actores, presentadores, políticos, personajes influyentes en la farándula nacional, por supuesto allí se encontraba Maradona, José no podía creer que el primer día en que llegó a Argentina tuviera a oportunidad de cumplir su objetivo que era entrevistar a Maradona, uno de los mejores jugadores de fútbol en todo el mundo, justo frente a él. Sin embargo no fue tan fácil, José empezó a comentarle al astro lo que necesitaba, él entendía que estaba en un momento de dolor y eso lo respetaba por eso lo único que le estaba pidiendo era un número en donde José pudiera hacer alguna cita con él y en ese momento hacer la entrevista y tomar algunas fotos. Maradona no le respondió absolutamente nada, José Ignacio quiso tomar un par de fotos y en ese momento el astro le agarró su cámara y le preguntó por qué no respetaba el dolor ajeno, inmediatamente, la seguridad del anillo de seguridad se encargó que José Ignacio se fuera de ese sitio.

José con mucha rabia siguió caminando dentro del mismo cementerio y quiso tomar fotos para él y sentir que se desahogaba un poco. De repente, observó que en el fondo del cementerio había una mujer llorando desconsolada frente a la tumba de alguien. José quiso ir a indagar sin que la mujer se percatara de su presencia. El rollo se acabó y José Ignacio lo cambió lentamente, depronto se le resbaló y se fue rodando hasta los pies de la mujer. La mujer se dio cuenta que José le estaba tomando fotos y él por su parte se pusó muy nervioso, tal vez por lo que ya le había pasado anteriormente.

-Señorita, discúlpeme, que pena con usted. Yo no quiera perturbarla, ni pasar por encima de su dolor- Prosiguió José Ignacio sin dejarla decir nada -Me imagino que debe estar en una situación muy delicada. Yo creo que es mejor que yo la deje sola. Le doy el rollo,sólo tomé un par de fotos suyas. De nuevo me disculpo-

-No se preocupe, pero dígame ¿qué hace aquí?- 

-¿Yo? La verdad no sé muy bien- 

-¿Por qué lo dice?- 

-Venía a realizar un trabajo, pero no pude concretar nada-

-Así que empecé a recorrer el cementerio a ver que podía encontrar-

-¿Y qué clase de trabajo? ¿Por qué en un cementerio?- 

-Señorita usted ¿si se encuentra bien?  Me da pena con usted... semejante dolor y yo contándole por qué estoy acá.-

-La verdad es que estoy muy triste, mi tía murió y no estuve aquí para despedirme de ella, pero dígame ¿qué hace aquí?- 

-Vine a hacer un reportaje sobre Maradona y aproveché la muerte del político éste para poder encontrarlo y concretar algo personalmente- 

-Acaso ¿es usted periodista?-

-¿Periodista?- 

-Sí- 
 
-Yo me considero un guerrero... no un simple periodista. Pero si hablamos de profesiones soy reportero gráfico-
 
-Qué pena. No quise ofenderlo. Y ya que no pudo realizar su reportaje, ¿qué más lo detiene en Buenos Aires? Acaso ¿va a seguir intentándolo?-

-Bueno la verdad es que tengo mucho tiempo y mi jefe me mando también a descansar. En estos momentos no quiero hacerlo, Maradona ha sido uno de mis ídolos y hoy me desilusionó-

-Lo entiendo. Pero a veces en la vida uno tiene que luchar para conseguir lo que quiere-

-Sí, es verdad, pero últimamente mis trabajos los han subvalorado- 

-Llevamos un tiempo hablando y aún no me dice su nombre- 

-Me llamo José Ignacio Benavides. Mucho gusto ¿Cómo es su nombre?-

-Mucho gusto, mi nombre en Bianca- 

-Bianca... si me permite preguntar ¿Qué hace una mujer tan bella como usted sola en lugar como este? Me parece inapropiado y nostálgico verla aquí sola-

-Ayer me llamaron a anunciarme sobre la muerte de mi tía, ella fue como una madre para mí, me vine de inmediato para Buenos Aires pero fue tan rápido todo que mi esposo no me pudo acompañar. Estoy muy triste y me siento muy sola. 

-La entiendo. La muerte de un ser querido es la peor tragedia que puede sentir una persona- 

-Y aun más cuando ese ser querido era la persona más importante en mi vida, era mi apoyo, mi amiga.La voy a extrañar mucho-

-Claro, y ¿de qué murió su tía?-

-Murió de cáncer. Me lo dijo su abogado. Ella no quiso que yo me enterara. José Ignacio me disculpara mi atrevimiento y confianza, pero si no tiene nada más que hacer en este lugar lo invito a que nos tomemos una taza de café. Conozco un buen lugar, y así podemos hablar y quizá nos sintamos mejor- 

-No es atrevido, no se preocupe. Ahora, creo que es necesario que yo la invite por tanta molestia. Eso sí le pido el favor que sea usted mi guía ya que es mi primer día en Buenos Aires-

-Por supuesto. Permítame unos segundos me despido de mi tía y vamos al lugar del que le hable, es un lugar tranquilo y sirven el mejor café de todo Buenos Aires-

-Claro que sí, la dejo para que despida de su tía, la espero en aquel muro- 

-De acuerdo. Gracias-


José Ignacio se fue a tomar un café con Bianca, a contarse un poco más de sus vidas y la razón de que dos apasionados terminaran al mismo tiempo en un cementerio totalmente perturbados.

0 comentarios:

Publicar un comentario