miércoles, 3 de noviembre de 2010

Un join, una foto, un viejo y un problema

José Ignacio salió del sitio en donde se encontraba, un pasillo con puros cuartos. La resaca y la desesperación no lo dejaban estar tranquilo. Al momento de salir, se ubicó, Torre de Cali, avenida del rio... se encontraba en "eventos", el mismo sitio de la noche pasada. En donde había conocido a Edna y en el mismo que la había visto durmiendo con un hombre.

José agarró el primer taxi y se fue para el hostal en el que se quedaba, cerca a la plaza de Caicedo. José Ignacio entró como pudo en el cuarto y se quedó profundo, no es fácil aguantarse, una resaca y mucho menos a esa edad. Los días pasaron y José Ignacio no salía del cuarto, nadie preguntaba por él y nadie se percataba que algo le pasaba ahí dentro. José era un desconocido en esta ciudad, además que ya había pagado una semana y media por anticipado en el hostal, así que los dueños no se preocupaban por él.

Después de tres días y medio, José Ignacio salió del cuarto. Ahí estaba, intacto, vivo y con energía. Decidió dirigirse a buscar una nueva historia, sabía que un punto muy estratégico era el parque de "el gringo". No sabía si iba a encontrar algo relacionado con drogas, o algo aún mucho mejor.

Al frente del parque de "el gringo" hay una tienda de aluminio. En este lugar fue que José se quedó pescando, buscado el personaje indicado de su historia, el personaje con el que iba a dejar impresionado a Bernardo. Muchas horas pasaron, unas cuantas cervezas y ya eran las 7 de la noche, el sol ya se había marchado y José Ignacio estaba resignado a irse, una vez más sin nada entre sus manos y luz dentro de su cámara.

De repente, unos tipos se acercaron al gringo, eran 4 jóvenes, pero desde lejos se notaba que había uno de ellos que no estaba muy cómodo en el lugar. José se quedo quieto, mientras intentaba desarrollar una estrategia dentro de su mente para no dañar, la única posible historia del día. José identificaba al gringo, sabía cual era el diler de ese parque, sin embargo, no pasaba nada, estos personajes no hacían nada más que hablar y hablar.

José se levantó y fue hasta el lugar, a medida que se iba acercando, su mente se fue acelerando, no podía creer los nervios que sentía por unos simples jóvenes adictos, definitivamente la falta de práctica lo había vuelto débil. Cuando estaba llegando, uno de ellos prendió el bareto, ese momento que José estaba esperando, se acerco al gringo con buena actitud. -¿Usted es el gringo. cierto?- le preguntó José Ignacio. Ellos guardaron silencio, uno de ellos se agarró la cintura agarrando algo que tenía en el pantalón, un puñal o tal vez una pistola, quién sabe. De un momento a otro, el tipo se enojó y empezó a ofender a José Ignacio. José sin embargo, no decía nada, sabía que la cabeza fría iba a asegurar su bienestar. Uno de los otros lo intentó parar al tipo agresivo

-!Luchin! ¿Qué estas haciendo?-
-Relajate Samir, que yo no voy a dejar que este cucho nos caliente el parche-

Inmediatamente el gringo tomó la bosería, puso su mano sobre el abdomen de José Ignacio y le pregunto qué era lo que deseaba, le aclaró que si lo que buscaba eran problemas, podía encontrar y muchos. José se calmó un poco y le afirmó que no deseaba problemas, que lo único que deseaba era comprar un poco de lo que él vendía. Al principio, el gringo no sentía mucha confianza hacía él, sin embargo, cuando José Ignacio le nombró a Edna las cosas cambiaron.

-Hubieras dicho antes, !güevón!-Le gritó el gringo.

José Ignacio se quedó junto a ellos fumando, al principio estaba callado. Con el paso de los minutos empezó a hablar más con ellos, les contó que no era de Cali, que era de Zipaquirá, que tenía un laboratorio de fotografía y que estaba en la capital del Valle porque pretendía conocer el país, aprovechando los pocos años que le quedaban de vida. En ningún momento les mencionó el reto de Bernardo, ni la idea que tenía con ellos. José empezó a detallar el físico de los jóvenes y se dio cuenta que un rostro se le hacía muy familiar, pero dónde lo había visto. Siguieron hablando y riéndose a carcajadas. La marihuana se acabó y los jóvenes se fueron del parque, José Ignacio se fue caminando hacia la calle 14, una de las principales calles de la ciudad, en la que esperó el taxi que lo llevó hasta su hostal, mientras caminaba se acordó en donde había visto a aquel tipo, a Samir lo había visto anteriormente en eventos.

Los días pasaban y José seguía frecuentando el parque, habían días en que ellos no iban así que perdió mucho tiempo, sin embargo ganó mucha confianza hacia ellos. Le confesaron que si iban donde las "tías" como las llamaban ellos. Le confesaban muchas cosas y José se convirtió en el abuelo del parche.

Un día José llevó su cámara para hacer el primer experimento con los jóvenes, se posó detrás de unos arboles que los camuflarían, ahí se encontraban Mathe, Samir, el Gringo y faltaba Luchin. Pero prefirió no esperarlo y comenzar de una su sesión. Habían transcurrido unos cuantos minutos, cuando Luchin tocó el hombro de José Ignacio y le pregunto qué era lo que estaba haciendo. Luchin lo siguió atacando a preguntas y llamó a los demás para que vieran la traición que les estaba haciendo el viejo. Todos lo atacaron a preguntas y él no sabía que hacer, les dijo que él debía hacer un reportaje y que debía tomar muchas fotos relacionadas con la ciudad, pero que no iban a salir sus identidades. Luchin, como siempre desconfió de José y le sacó un puñal, con sus ojos rojos lo apuñaló en el abdomen. José mientras caía recordaba un día que habló amenamente con Samir.

Samir se encontraba detrás de José Ignacio y fue el primero que lo recibió en su caída. En ese momento llegó la policía. Todos, en especial Luchin se asustaron al sentir a la policía cerca y se fueron corriendo. Samir quedó pasmado con el cuerpo y fue el único que se quedó en lugar y por consecuencia, el único implicado.

Samir fue condenado intento de homicidio. La siguiente vez que José abrió los ojos fue en el hospital universitario del Valle, le dieron de alta en un par de semanas, José revisó sus cosas, su fotos y seleccionó una de las fotos que tomó en el momento del conflicto con Samir y sus amigos, se devolvió a la capital.

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